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koselig

7 Sep

Tengo dos minutos para escribir, uno y medio. Los martes y jueves es día de baño matutino, así que tengo que irme a dormir. Hoy ha sido un día bueno, que ha empezado con una agenda llena hasta el último renglón y cada minuto planeado, y ha acabado con una Lea feliz que, de alguna manera, ha conseguido hacer casi todo lo que se proponía y además con buen talante, y ahora se siente satisfecha y contenta consigo misma. Casi ronronea. Los resultados de esta tarde son cinco bolsitas de té en la papelera, tres mías, una de Ben y otra de mi primer año de Suiza, una enorme tarjeta de cumpleaños colgada en la kantina par sorprender a Kathrine mañana y un ensayo comparativo de literatura mundial que solo necesita una última pasada y cuenta con la aprobación de María Teresa, nuestra profesora de español. Ah, y una lista de universidades interesantes que sigue creciendo…

Fue mi primera tutoría con María Teresa, y aunque había acabado un primer borrador del ensayo, lo leí ayer y vi la luz, así que me pasé la tarde entera en mi cuarto reescribiéndolo y cambiando el enfoque del tema. Lo disfruté de verdad, y ni siquiera me distrajo la visita primero de Ben, con el que vi un cortometraje muy filosófico y luego otro muy ácido, además de ver un espectáculo espontáneo de breakdance en mi cuarto, y después de Raphael, mi primer año de Suiza, que venía buscando Internet y se quedó repantigado en mi sillón maravilloso, enseñándome un poco de alemán suizo. Es un dialecto tan extremadamente gemütlich, una palabra que no se puede traducir al español, pero que designa a Bennie cuando se pone su enorme jersey noruego y me da un abrazo, a un gato acurrucado calentándote la tripa, a mi cama llena de cojines y postales y quizá también a Álvaro cuando me rasca la mejilla con su barba de tres días.

Acabé tres minutos antes de tener que irme, eso sí, muy satisfecha con lo escrito, y subí a «la colina de los profesores» en la oscuridad y la lluvia, para llegar a la acogedora casita de María Teresa. La verdad es que estaba bastante nerviosa, porque María Teresa y yo hemos tenido nuestros desacuerdos y yo no estaba muy segura de mi trabajo… Pero enseguida me sentí muy a gusto. Katu, que tenía «cita» antes que yo estaba todavía, y me hice un té indio que me ofreció María Teresa. Su casa es como el templo de la Literatura y el Arte al que acuden los habitantes de Flekke a presentar sus respetos. Muchos libros, un retrato de Frida Kahlo y entradas y recuerdos de sus visitas al Teatro del Globo para asistir a distintas representaciones de obras de Shakespeare. Fue una conversación muy productiva, de la que salieron aspectos nuevos de mi trabajo, muy interesantes, y a la vez la seguridad de haberlo hecho bien, porque podía hablar de él, y explicarlo y María Teresa entendía lo que quería decir. Me he dado cuenta de que el nuevo nivel de confianza y conocimiento que hemos alcanzado los segundos años, y que disfruto cada día más (como dice Fredrik: «Ya nos podemos andar desnudos entre nosotros. Total…»), se puede aplicar también a los profesores, y realmente disfruté mucho mi tutoría.

Poco a poco me voy acostumbrando a ser segundo año. A tener que irme del Dayroom un poco antes porque hay que trabajar, a renunciar a algunas conversaciones y visitas, a concentrarme cuando hace falta y a perderme algunas cosas. Voy dejando atrás la envidia que tenía a los primeros años y las ganas de volver a vivirlo todo, y en vez de eso disfruto su compañía relajante y divertida y de verlos comenzar estos dos años maravillosos. Cada uno tiene lo suyo, y yo lo mío no lo cambiaría por nada. Sólo hay que gastar un poco de energía en mantener la cabeza despejada, el rincón ordenado, la mente libre de estrés y la mente libre de estrés. Cuesta, pero vale la pena.

Ahora volvía de colgar la tarjeta para Kathrine en la kantina con Marco, y nos hemos dado cuenta de que las farolas del campus no funcionan esta noche. Se ven muchas más estrellas y las casas parecen tener velas detrás de algunas ventanas. Es precioso ver las sombras detrás del cristal, ver luz en algunos cuartos, en otros no. Gente doblando la ropa, preparando la mochila para mañana, comiendo una manzana, hablando, leyendo… Yo me voy a dormir. Os dejo un link, quizá un poco ridículo, pero nunca se sabe…

make-everything-ok.com/

trolls, voodoo y una ducha fría

29 Ago

Bolsa de la colada, detalle

La verdad es que no sé muy bien cómo pasó, pero fue una batalla encarnizada… Eso sí, yo convertí a Viktorija en una obra de arte mientras que ella me llenó la cara (¡y los dientes!) de negro y verde.

Lunes, primer día de clase. Ya notábamos los nervios ayer, cuando tuvimos una reunión en el salón de actos para recibir nuestros horarios y explicar el sistema de clases a nuestros primeros años, y después de la feria de actividades que tuvimos después, para la que me reclutaron en el último momento, y de ir en bici a Flekke con Scott porque pensé que se me había olvidado allí el abrigo rojo (¡¡no panic, está aquí!!), lo único de lo que Katu y yo nos sentíamos capaces era de sentarnos en nuestras camicuevasllenas de telas y estrellas fluorescentes (primero en la de ella, luego en la mía), escuchar a Tom Waits y comer chocolate, fideos precocinados crudos y té en perfecta armonía, sin pensar en nada. Para la mayoría, ahora empieza de verdad el trabajo y se acaba el idilio vacacional de la semana pasada. Aunque ya lo sabía desde mucho antes, pero durante esta mañana se me ha hecho aún más claro que tendremos mucho trabajo este año y tendremos que sacrificar algunas cosas para dar lo mejor de nosotros en las clases y los trabajos…

El sábado, Fredrik y Oliver (Suecia), Scott (EE UU) y yo nos levantamos pronto y subimos entre la niebla y el rocío la montaña que separa Flekkefiord de Dalsfiord. Esto es Flekkefiord…

… esto es Dalsfiord…

… y esto es una roca y una nube pillados en fraganti.

¿Nos metemos en la catarata? Venga, vale. Oye, era una broma, pero bueno… ¿por qué no?

Aclaración: ¡Yo también estaba allí!

Por una parte, me gusta que hayamos empezado y por fin pueda entrar en el ritmo de trabajo en vez de andar empujando las tareas delante de mí indefinidamente, pero por el otro, soy consciente de que el aspecto académico es lo que más nos va a diferenciar y probablemente alejar de nuestros primeros años, y si ya de por sí es difícil mantener el equilibrio entre las amistades nuevas, emocionantes, y las que vienen de antes, más profundas e intensas, tengo miedo de perder contacto con algunas personas que realmente me han caído bien, y con las que he pasado bastante tiempo esta semana. Ya veremos. Quizá aquí también hay que sacrificar de vez en cuando, pero me imagino que lo que vale la pena, persiste…

La salida de la carrera del domingo a Flekke. Es una tradición del colegio y no sólo hay personas que van corriendo,…

… como la profesora de Filosofía, Summer, con Marta (Polonia) y Hala (Jordania),…

sino que también vamos andando…

… haciendo el tonto…

… sin hacerlo…

… escuchando música…

con un alce o sin él…

con compañeras de cuarto…

… y compañeros de cuarto.

¡Algunos no se movieron para nada!

De momento, me concentraré en lo positivo: la clase de matemáticas eficiente, estructurada, maravillosamente comprensible, con la misma profesora del año pasado, un repaso satisfactorio en historia, una paseo por la isla en Biología, con una introducción a nuestro próximo tema, la clasificación de los seres vivos según Carl Linnaeus… Me he prometido a mí misma concentrarme, no dejarme vencer por el estrés y la desesperación o la obesión que se comienza a manifestar entre algunos de mis coaños, y estoy convencida de que todo saldrá bien al final… Y esta noche Ben y yo hemos quedado en hacer un pequeño y simpático muñeco de voodoo positivo, solo por si acaso, como plan B digamos. ¡Nada serio!

La fiesta del sábado, en la que cada habitación se disfrazó de algo distinto. Fue una de las mejores fiestas de todos los tiempos y nosotras fuimos imbatibles disfrazadas de trolls, con vestidos cosidos a manos por nosotras mismas, hechas de sacos y tela vieja, cubiertas de barro, pecas y unas colas preciosas.

De izquierda a derecha: yo, Sangita (Nepal), Wiktoria (Noruega) y Olga (Finlandia)

Para darme ánimos, subo las fotos de este fin de semana, un gran final a la primera semana en Flekke…

Bolsa de la colada, detalle

una vista al fiordo II

27 Ago


Mi ventana

Ya sabéis que siempre te encuentras las cosas más interesantes, los insectos más extraños, los paisajes más sobrecogedores y las situaciones más divertidas cuando no llevas la cámara de fotos encima, pero esa sensación se multiplica por tres, al menos, sobre todo durante estos primeros días. Así que no es sólo Marit, de Estonia, la que lleva siempre colgada del hombro su cámara de fotos, sino que yo también intento llevarla encima siempre. Esto, combinado con el aire de vacaciones que se respira por aquí, toda la gente nueva y el buen tiempo, ha dado lugar a algunas fotos bastante bonitas que acompañan mi entrada anterior…

Primero, algunas fotos de mi habitación. Cuando llegamos a Flekke en los autobuses, nos embarcamos en contra de nuestros propósitos en una carrera para pillar el mejor rincón de la habitación, ya que hay diferencias cruciales: ventana o no, dos armarios o uno, un cajón grande o no… En nuestra habitación tuvimos suerte, ya que teníamos preferencias distintas. Wiktoria, de Noruega, necesitaba la esquina más amplia, mientras que a mí no me importó sacrificar espacio a cambio de una ventana con una vista maravillosa. Además, como estamos en la segunda planta y las habitaciones de Denmark House no dan a la calle principal, la ventana tampoco es una distracción. A Olga, de Finlandia, no le importó ocupar la esquina con menos espacio, que también tiene una ventana, ya que ella tuvo la mejor esquina el año pasado. Así que no hubo grandes dramas. La verdad es que estoy muy contenta con mis compañeras de habitación. Wiktoria y yo éramos buenas amigas desde el año pasado, y con Olga, aunque no he tenido tanta relación antes, también me llevo muy bien. Sangita es muy tranquila y un poco callada, pero no tan tímida como pensábamos al principio… ¡Hemos tenido mucha suerte!

Ya veréis que nuestra habitación está quedando preciosa – la más guay de todo el colegio, claro. Ahora en serio, no se puede negar que con una buena relación viene un mayor esfuerzo en hacer la habitación lo más acogedora posible. Con banderas nepalíes encima de la puerta, una instalación de latas de cerveza colgando de la lámpara, un dragón sobrevolándolo todo, un póster de los superheroes de Marvel al lado del baño y en la repisa delante de uno de los espejos, nuestra mascota: una flor preciosa que trajo Wiktoria. En realidad, una especie de té que pones en el agua en forma de cubo y se desdobla hasta convertirse en una flor. Incluso hay que cambiarle el agua y todo, como a un pez o a una tortuga. También hay una lámpara de lava en la esquina de Wik, y una lámpara naranja en la mía, una tetera amarilla encima de la mesa central y un mantel de los Rolling Stones. Nuestro próximo proyecto es un ciclo de cuentros tradicionales noruegos colgados en el baño, en frente del inodoro. Una idea excelente, en mi opinión…

Además de nuestra habitación, hay dos sitios en los que paso mucho, mucho tiempo. Uno de ellos es la pequeña terraza en frente de Finland House, la casa más cercana a la cantina, por la que todo el mundo pasa varias veces al día. Da el sol, siempre tienes compañía y si no suena música desde una de las ventanas de la casa, está Raphael, de Suiza, con su guitarra y un cuadernillo de letras…

Romy and Romy’s roomie Meta

Conversación de filósofos – Maria y Rodrigo

Raphel, Fidel, una guitarra y un ukelele

Otro sitio es el fiordo – mientras haga buen tiempo…

En fin, estos días son fantásticos, y como sabemos demasiado bien que pronto se habrán acabado, los aprovecharemos bien…

Ben y Meta sentados en el tejado de Denmark House…

… y Summer, la profesora de filosofía, que los hizo bajar

Romy, Ben y Benedicte con un maravillosos kit para exploradores